top of page
Buscar

Esa mano invisible que nos toca

Carlos F. Ortiz

Encapsulamos nuestros recuerdos en pequeños fragmentos de tiempo, melodías que nos llevan a instantes, un estribillo donde se condensa una parte de nuestra vida. Nos llega un acorde, un riff, la letra de una canción, nos detenemos, tarareamos un poco, impulsados por un recuerdo, y la maquinaria comienza a funcionar: llegan imágenes, instantes, pequeños momentos como notas y acordes de nuestra vida. La nostalgia es una estructura como una catedral de sonidos, de armonías, de melodías y ritmos.

Hay canciones que forman parte de nuestra secreta historia: un amor, una tarde con los amigos, un baile, un concierto. Hay canciones que tengo ahí almacenadas, o discos completos, formando una columna que sostiene mis recuerdos, lo que de alguna manera me ha formado en lo que soy o pretendo ser.

Cuando salió el disco El amor después del amor, de Fito Páez, en el 92, Gaby (Jorge Cerón Silva) llegó a mi casa para escucharlo juntos. Pusimos el casete en el estéreo Philips—doble casetera, tornamesa y reproductor para cinco CDs—, nos sentamos en silencio y escuchamos el casete tres veces. Hoy, para mí, escuchar ese disco es un acto de memoria y de amistad. Gaby fue levantado en 2007 y aún no sabemos nada de él. Pero conservo algo de esos días que pasamos juntos, y cada que suena Las tumbas de la gloria:


"Tu amor abrió una herida porque todo lo que te hace bien siempre te hace mal…"

…imagino que estamos aún sentados en esa vieja sala de la casa de mis padres en silencio, escuchando, solo escuchando.

Algo de nosotros se guarda en esos minutos que componen una canción. Algo de nosotros habita en la armonía de esas notas que nos contienen.

Yo he pedido que al morir pongan Canción para mi muerte, de Charly García, y que así sea despedido de este mundanal mundo. Que ese día la música tumbada calle, y que la voz del señor García resuene por estas laberínticas calles de esta ciudad llena de baches.

Una melodía siempre suena dentro de nosotros, la música no solo ameniza fiestas, no es un accesorio de la diversión y el bailongo, es una parte fundamental de nosotros, de ese ser que construimos con muchas otras cosas.

Yo soy Detroit Rock City, Nothing Else Matters, Never Say Goodbye, With or Without You, Viento, Kumbala, No voy en tren, Muchacha ojos de papel… y muchas otras rolas que me habitan, que hacen que mueva estas piernas, ese cabeceo siguiendo el ritmo, de manera torpe pero con mucha pasión.

Recuerdo recorriendo las calles de Taxco con Erik (el Demon), cantando Botas negras, para llegar a una fiesta loca en casa de Omar Salinas. O viendo a Yuro, Arturo y Yuray Santes, Gaby, Charly el Punketo, el Demon y Cheli, saltando en el patio de la casa de mis papás, coreando Puto, de Molotov:


"¡Qué muy machín! ¿No? (Puto) Ah, muy machín, ¿no? (Puto) Marica, nena (Puto) Más bien putín, ¿no? (Puto)..."

Esas canciones que en un momento nos unificaron como un pequeño grupo lleno de rabia y fraternidad.

También recuerdo esos viajes con mi padre en el viejo Valiant, mi mamá y mis hermanos escuchando boleros, observando el borroso paisaje entre requintos, canciones de amor y desamor, de una época que se fue diluyendo como las montañas y los árboles que veíamos por la ventana del auto. Así como nos vamos borrando nosotros al pasar los años.

A diferencia de otros mecanismos de la memoria, como la fotografía o el video, la música nos envuelve no solo en un instante, sino en un pequeño trance que nos hace mover nuestro interior, como una descarga eléctrica, y nos sacude la carne y nos da vida, como el personaje de Mary Shelley. La música es una mano invisible que toca el alma. ⚅

[Foto: David Espino}

 
 
 

2 Comments


Luis Palma
Luis Palma
hace 17 horas

Lo chingón de Capote es que es un espacio donde uno puede publicar este tipo de textos que nos llevan a la reflexión, la nostalgia.

Like

Edgar Adán
Edgar Adán
hace 17 horas

Buen Artículo, la subjetividad de los individuos con llevada con la música es un de los deleites más agradables que uno puede experimentar en la vida.

Like
bottom of page