“Si quiere destruir a un hombre,
enséñele a jugar ajedrez”.
Oscar Wilde
Hubo un jugador de ajedrez que escribió que la empatía le parecía demasiado sospechosa, y que prefería inventarse sus propias mentiras y no andar especulando con los motivos ajenos. El ajedrez me fascina (dijo otro jugador después de perder una partida que lo dejó fuera de los premios en un torneo nacional abierto de gran envergadura) porque al menos aquí poseo la certeza de mis propios errores, y mi falta de talento al momento de elegir una jugada entre infinitas posibilidades me produce una sensación vertiginosa de libertad.
Alguien más escribió que su método consistía en robarse las palabras de algún poeta famoso y colocarlas entre lo que quería decir y su silencio, el mismo que como alfil enrocado gira sobre su propio ego al compás dulzón de la trompeta de Chet Baker. La actitud de Magnus Carlsen me recuerda al Guasón de Nolan, en palabras de Alfred: “Hay hombres que sólo quiere ver el mundo arder”. Primero decidió que no defendería su título frente a Ian Nepomniatchi, y ahora abandona uno de los torneos más importantes del año después de perder en la tercera ronda frente a Hans Moke Niemann.
El mutismo de Magnus ha sido una de sus mejores celadas fuera del tablero, ya que con sólo un tuit donde publicó una especie de disculpa hacia los organizadores del torneo y un célebre video del controvertido técnico de futbol José Mouriño diciendo: “Prefiero no hablar. Si hablo voy a tener graves problemas”. Generó en el escaqueado mundillo del ajedrez un remolino de conjeturas de las más variopintas. Pero lo que más ha marcado la tendencia es la maquiavélica y velada acusación de trampa con la que el campeón del mundo ha puesto en jaque a H. Moke Niemann, el jugador norteamericano de 19 años que ha irrumpido con inusitada fuerza en la élite del ajedrez en el último año, y el cual ha sido víctima de un linchamiento mediático que lo ha orillado a confesar recientemente haber usado dispositivos electrónicos para hacer trampa a los doce y dieciséis años. “Era solo un niño”, dijo.
En la entrevista que le hace el GM Alejandro Ramírez, Moke, con abundante y enmarañado cabello rubio habla y se mueve y hace gestos como juega al ajedrez: con una vocación suicida y jugando casi al toque, sin rehuir a las complicaciones y con una actitud desafiante que lo posiciona como el nuevo enfant terrible del ajedrez:
Ahora vivo con la maleta en la puerta. Prefiero ser invisible, perderme en el laberinto de Caissa. Mi voz se ha desprendido de mi lengua.Mis palabras observan mi locura.Ya no hay camino a casa. Llegaré a la cúspide sin arrastrar mi roca. Destruiré el ego de mis rivales. Afilaré mi odio en el tablero. Mis héroes me han abandonado. Mis palabras observan mi ascenso, mi gambito donde las miradas del mundo se consumen. En el laberinto estoy desnudo, no hay miedo.
En esa entrevista, Niemann declara que Magnus ha sido su héroe desde la infancia y el hecho de que ahora él intente destruir su reputación le parece una pesadilla, pero que está dispuesto a jugar incluso desnudo (frase que sin duda tuvo una gran repercusión ya que algunos días después una empresa que se dedica al contenido pornográfico le hizo el ofrecimiento de pagarle un millón de dólares si decidía jugar desnudo).
Horas más tarde empezó a circular una hipótesis en twitter donde se especulaba con la idea de que Moke pudo haber usado algún dispositivo anal para hacer trampa cuando derrotó a Carlsen. Pero hasta el momento el campeón del mundo no ha mostrado ninguna prueba fehaciente contra Niemann. “Es difícil pensar en trampa. Todos mis colegas son demasiado paranoicos, y a menudo les decía: vamos amigos, me conozco y soy un idiota y también un buen jugador. Siempre pienso que los jugadores jóvenes pueden jugar bastante bien”. Opinión del GM Armenio Levon Aronián, uno de los jugadores más queridos en el mundo del ajedrez y quien también estaba jugando el torneo en el que se desató todo este drama.
El pasado cinco de septiembre Magnus Carlsen y Hans Moke Niemann se volvieron a ver las caras (al menos frente a la pantalla ya que el torneo en cuestión el Julius Baer Generation Cup es vía online) y toda la expectación que había generado este duelo se vio cortada de tajo cuando Magnus se rindió en la segunda jugada. Al parecer Carlsen no está dispuesto a jugar nuevamente frente a Moke.
El seis de septiembre el campeón del mundo por fin rompió su silencio y en una entrevista que concedió a la periodista nooruega Kaja Snare habló, de forma muy hermética, sobre la controversia. Quizá lo más destacable fue la ironía punzante con la que se refirió a Hans Moke: “desgraciadamente no puedo hablar de eso en particular pero la gente puede sacar sus propias conclusiones, y ciertamente ya lo ha hecho. Tengo que decir que estoy muy impresionado por el juego de Niemann, su mentor, Maxim Dlugy (un GM de ajedrez quien también se ha visto envuelto en escándalos de trampas) debe de estar haciendo un gran trabajo”. Al parecer al término de este torneo Magnus volverá a hablar sobre el tema pero hasta el momento el affaire Carlsen-Niemann se encuentra en puntos suspensivos.⚅
[Foto: Mau Abarca]
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