Géneros y subgéneros: de rock clásico al black metal; del nü metal al punk; del thrash al grindcore. Escuchar y reescuchar. De Joolier’s a La Biblia, de Ánimas, Morticia y Tuerca Puerca hasta De la Calle o Máscara del Santo; de Los Bárbaros a Atomic Fear.
Meses de buscar a parte de la banda, años de armar (revisar, re-revisar, pulir) el texto, actualizar lo más que se pudiera…
Acabé, al entregar Rock en el avispero: Chilpancingo, escuchando música de salsa y género country. Había acabado rocanrolizado.
Rocanrolizado: un término no escuchado, recién leído en el prólogo del histórico José Agustín para Radiografía del Rock en Guerrero del año 2005 (gracias, Néstor, por prestarme tu libro), autoría del melómano-investigador hoy académico universitario Jaime El Jaguar García Leyva, entonces —cuando lo conocí, vía Héctor Martínez de Temerallica, a las afueras del bar Open Track, por ahí del 2006— ya una especie de ‘leyenda local’ en la escena literaria-rockera de Chilpancingo, compilador de parte del movimiento rockero cultural de Tlapa, su tierra; Acapulco, Iguala y alrededores; Taxco y la capital del estado.
Que haya sabido, que se haya sabido entonces, el de El Jaguar fue inédito esfuerzo bibliográfico en esta parte de Guerrero, desde la zona Centro hasta la Montaña. Y, por si fuera poco, con colaboración del acapulqueño-tapatío José Agustín quien, personalmente, considero mi mayor influencia en este intento de documentación de las expresiones contraculturales de mi entorno.
Por ello, a El Jaguar no se le podía decir que no esa vez, fines del 2019, cuando me contactó por teléfono para comentar que iba a retomar una actualización de Radiografía del Rock en Guerrero y me hizo la sugerencia para, si quería, le entrara a este esfuerzo renovado, que integraría a escritores, promotores, periodistas y académicos.
Cosas de la vida y la casualidad: Jaime fue mi primer entrevistado, por ahí del 2007, para la sección que todavía se mantiene cada semana, de Personajes (vida y obra de individuos y grupos en cualquier ámbito social), en el periódico Vértice de Chilpancingo.
Nervioso y agradecido, como aún lo estoy, acepté integrarme al ahora publicado, ya en manos de mucha banda, Radiografía del Rock en Guerrero II, parte compilación-resumen de mis entrevistas para prensa a músicos, promotores, autores, cantantes, fundadores y quienes tienen o han tenido bandas del género y sus ramificaciones, además de pláticas presenciales aún en medio —por cierto— de las restricciones por la pandemia de Covid-19, lo que no impidió escribir y contactar a parte de la banda (los que pudieron y quisieron) porque la idea inicial era abarcar todo 2020 para investigar, compilar, revisar, diseñar e imprimir, con miras a concretar Radiografía II para el 2021.
Independientemente del tiempo que se dejó pasar, desde las primeras llamadas de Jaime a quien esto escribe, así como a Nadia Alvarado, Brenda Cuevas, Néstor Lorenzo, Raymundo Ruiz, Isaías Romero, Homero Ávila y Abraham Chavelas (quien deja esta memoria póstuma al fallecer de Covid durante el proceso de la publicación), queda de mi parte este testimonio que, aún con sus pendientes y falta de más nombres y bandas, considero mejorable: puesto el germen investigativo de Jaime en 2005, continuando el esfuerzo en Radiografía del Rock en Guerrero II en 2024 (con este año ya con sedes para comentarlo/presentarlo en municipios), queda para revisión, crítica incluso; si se puede, como motivación para que otras y otros interesados se animen a bregar y publicar, a mantener vivo el proceso de investigación hasta académica sobre todo lo que rodea a nuestro género favorito; de mi parte, un proceso abordado con respeto, seriedad y buena evocación hacia todas y todos los mencionados, integrados los más que se pudo: más de 250 nombres y 150 bandas y agrupaciones relacionadas.
P.d. Ahora ya me sé la vida de Héctor Lavoe y la historia de La Fania. ⚅
[Foto: Carlos Ortiz]
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